Finales de la década de 1960 y Woodstock era uno de sus mayores protagonistas. Aquella fue una época difícil para todo el mundo, y Estados Unidos no fue la excepción. A nivel social se experimentaban cambios dramáticos y lentamente llegaba el fin de la inocencia que proponía la cultura hippie, surgida en San Francisco, Estados Unidos, unos años antes. Por Gerardo Sifuentes
Varios sucesos tenían sorprendida y desconcertada a la gente: los asesinatos de Martin Luther King y de Robert F. Kennedy; el caso de Charles Manson y su pandilla; la llegada del hombre a la Luna; el esperado retiro de tropas de Vietnam, una guerra que de antemano se sabía perdida. En materia musical, 1969 fue también el año en que los Beatles hicieron su última aparición pública.
Fecha: 15 de agosto de 1969 – 18 de agosto de 1969
La efervescencia creativa se manifestó con una nueva generación de músicos que dejaban atrás la consigna de la llamada ‘era de acuario’ y se mostraban indiferentes a los sucesos globales para centrarse en la individualidad. Los grupos y solistas consolidados tuvieron en aquel año la oportunidad de despedir la década con un concierto sin precedentes, que aglutinó lo mejor de la música contemporánea y demostró que el romanticismo de los ideales del ‘amor y paz’ puestos en práctica eran muy difíciles de seguir.

Negocios del rock
En 1969 el fenómeno de la música popular estadounidense –folk y rock cargados con el sonido pacifista y psicodélico de la época– alcanzó un nivel de penetración importante entre el público joven. Los conciertos masivos eran un territorio virgen y esto significaba un amplio nicho económico aún sin explorar.
Cuatro jóvenes empresarios de la ciudad de Nueva York, atentos a lo que sucedía, decidieron organizar un evento que reuniera a los músicos más selectos de aquel tiempo. Fueron Joel Rodenman y John Roberts quienes fungieron como la parte financiera, mientras Artie Kornfeld y Mike Lang eran los contactos con el mundo de la música.
La idea de aquella sociedad era inicialmente recaudar fondos para instalar un estudio de grabación y un centro de convivencia artística cerca del pueblo de Woodstock, estado de Nueva York, hogar de artistas y músicos de renombre, como Bob Dylan.
Originalmente se había calculado un concierto con capacidad para 50 mil personas, así que buscaron un sitio en los alrededores que pudiera contenerlas. Los boletos estuvieron a la venta en tiendas de discos y estaciones de radio aun cuando todavía no se definía el lugar, y poco a poco se corrió la voz.
Los organizadores encontraron oposición por parte de los pobladores de un par de zonas rurales, y ante el inminente arribo de la fecha decidieron trasladar el evento a la ciudad de Bethel, en el mismo estado, ocupando los terrenos de la granja propiedad de Max Yagur.
Aquel sitio, que en años pasados había servido como lugar de campamento para boy scouts, les fue rentado por 50 mil dólares, precio que excedía el presupuesto original pero que fue pagado con tal de no cancelar la función. Los vecinos de este lugar también se quejaron, sin embargo Yagur los convenció de que el acontecimiento pondría en el mapa a este pequeño y desconocido poblado. Y tuvo razón.

Un largo fin de semana
Hubo varios factores no contemplados para el concierto, llamado Festival de Artes y Música de Woodstock, entre ellos la enorme capacidad de convocatoria de la música. Pero más que el atractivo cartel que se ofrecía, estaba la promesa de una reunión donde miles de personas, jóvenes la mayoría, podrían disfrutar de plena libertad y convivencia armónica de acuerdo con los preceptos en boga: amor, hermandad, paz y comunión con la naturaleza.
Pero los problemas empezaron desde el jueves 14 de agosto, cuando miles de asistentes tomaron las carreteras para dirigirse a Bethel y asegurar un buen lugar; aproximadamente 200 mil personas se movilizaron al mismo tiempo, atestando el camino. Sin embargo la tarde del siguiente día, la primera fecha del evento, rebasó todas las expectativas; la policía calculó que al menos cerca de un millón de personas se dirigían al festival, causando un embotellamiento de enormes proporciones.
Esto puso nerviosos a los organizadores, quienes sólo habían vendido 45 mil boletos y habían contratado un número reducido de personal de seguridad. La única manera de acceder al sitio fue por aire; hubo que alquilar helicópteros para trasladar a los artistas y equipo técnico.
Muy pronto la marejada humana, que debido a lo complicado del camino se redujo hasta ser de 500 mil personas, rompió con las cercas que limitaban los terrenos y los organizadores no tuvieron más remedio que declarar el concierto gratuito. Al atardecer iniciaron las actividades con la aparición del cantante Richie Heavens, mientras el servicio meteorológico anunciaba fuertes tormentas para el fin de semana.

Lentos pero seguros
En términos generales, dada la cantidad de músicos excelentes que se dieron cita y el ambiente en general, el concierto fue un éxito. Los ‘niños de la flor’ tuvieron la oportunidad de expresarse, y marcó un hito en la historia de la música. No obstante, la utopía no pudo ser posible, y hubo incidentes propios de una aglomeración de tal magnitud; conforme pasaban las horas se hizo claro que no habría suficientes servicios para medio millón de almas. No alcanzaron los medicamentos, se hacían colas de hasta una hora para usar los baños portátiles disponibles y había poca agua potable.
Se reportó un muerto por accidente, varios sujetos con sobredosis de drogas y tres abortos espontáneos. La lluvia hizo un lodazal poco salubre. El principal temor de los organizadores era que las cosas se salieran de control; sin embargo, la adversidad climática hizo que los asistentes poco a poco abandonaran el sitio hasta que en el último día, la tarde del domingo 17, el grupo Crosby, Still, Nash & Young tocó ante 100 mil personas; de manera sorprendente, el concierto se extendió hasta las 6:50 de la mañana del lunes 18, cuando Jimi Hendrix clausuró de manera simbólica el festival al interpretar una bizarra versión en guitarra eléctrica del Himno Nacional estadounidense.
Quedaban 25 mil personas y toneladas de basura y lodo alrededor. Al final, los empresarios promotores perdieron 1.3 millones de dólares, un precio bajo para el fenómeno que este concierto representó. Muy pronto los festivales de verano se convirtieron en un atractivo para la gente joven estadounidense. Se trataba del punto más alto de la ‘subcultura’ hippie de Estados Unidos, y la caída progresiva de la misma. Al frente quedaba la década de 1970.
Fechas clave
- 1969/ 20 de enero. The Beatles hacen su última aparición pública
- 1969/ 12 de junio. El módulo espacial Eagle se posa sobre la Luna
- 1969/ 15 de agosto. Richie Heavens inicia el concierto de Woodstock ante medio millón de asistentes
- 1969/ 18 de agosto. Jimi Hendrix clausura el concierto
- 1970/ 26 de marzo. Estreno del documental Woodstock
- 1970 Lanzamiento del soundtrack del documental (volumen 1)
Texto publicado en Revista Muy Interesante México.

