Esta es la historia de James Keene, el traficante que ingresó a una prisión de máxima seguridad para hacer confesar a un asesino serial.
1997. Un año después de ser condenado a una década en prisión, el traficante de drogas James Keene recibió una oferta que no podía rechazar. Las autoridades que lo llevaron tras las rejas le pidieron convertirse en el mejor amigo de un peligroso asesino y hacerlo confesar sus crímenes. A cambio, se le reduciría su pena y quedaría en libertad.
Keene aceptó y fue trasladado a una cárcel de máxima seguridad en Missouri. Ahí aprendió a callarse y escuchar. Escuchar a un hombre que podría hablar en cualquier momento de brutales asesinatos, describir cómo los hizo y señalar dónde había escondido los cuerpos.
Esta es la historia de la relación que James Keene tuvo que formar con el infame Larry Hall, el criminal que todos sospechaban era un asesino serial, pero nadie había podido comprobarlo.
¿Quién fue James Keene?
Nadie se hubiera imaginado que James Keene terminaría en la cárcel. El joven oriundo de Illinois e hijo de un connotado policía del estado, era el tipo de persona que todos querrían tener cerca: carismático, atractivo, popular y con un futuro prometedor en el futbol americano.
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Sin embargo, su futuro se vio truncado cuando perdió toda oportunidad de dedicarse profesionalmente al deporte que amaba. Motivado por su ambición juvenil, Keene comenzó a vender drogas en su barrio. El negocio funcionó y le hizo creer que podía tener mejor suerte en una ciudad más grande.

A los 17, se mudó a Chicago. Ahí se convirtió en uno de los traficantes más relevantes de la zona. De hecho, su importancia en el transporte, distribución y venta de cocaína lo marcó como uno de los objetivos principales de las autoridades del estado. En 1996, en la cima de su carrera criminal, Keene fue detenido y enjuiciado. Se determinó que cumpliera una pena de 10 años sin libertad condicional.
El plan
Con solo unos meses en prisión, Keene fue buscado por el fiscal Lawrence Beaumont para que cooperara en una investigación en curso. En ese entonces, la justicia estadounidense trataba de obtener una confesión de Larry Hall, señalado de haber asesinado al menos a 40 mujeres entre 1980 y 1994.
Aunque Hall había sido encarcelado por su participación en la desaparición de Jessica Roach, una chica de 15 años, el “hombre de la camioneta” se había retractado en toda declaración que indicara su culpabilidad. En los planes de la policía, Hall podría abrirse fácilmente ante una figura que no representara autoridad alguna. Alguien con quien pudiera tener la confianza suficiente para “presumir” sus fechorías e incriminarse solo.
Beaumont ofreció a Keene la reducción total de su condena a cambio de hacerse amigo de Hall y compartirle cualquier información que pudiera marcar un vínculo entre el convicto y los múltiples asesinatos que se le atribuían. El traficante pensó en no aceptar el trato, pues este involucraba sacarlo de una cómoda prisión estatal e instalarlo en una cárcel de máxima seguridad. Por supuesto, la idea de relacionarse con un asesino serial tampoco le atraía del todo. Pero, terminó por aceptar la propuesta dejándose llevar por los consejos de su padre.
Una cita con el diablo
En 1997, James Keene fue ingresado en la prisión de Springfield, en Missouri. Tras solo cinco años ahí, ya había logrado atraer la atención de Hall y tenía largas conversaciones con él. En algún momento, el fallido corredor de futbol le contó a su compañero en prisión que seguiría siendo su amigo, incluso si admitía haber asesinado a muchas personas.
Hall tomó eso como una muestra de confianza nunca antes obtenida y comenzó a hablar sobre sus delitos. Contó, por ejemplo, que había secuestrado y asesinado a Roach solo para después enterrarla en un lugar secreto. También había hecho eso con Tricia Reitler, una joven desaparecida en 1993. Incluso señaló en un mapa donde había colocado con recelo los restos de sus muchas víctimas.

Keene contó al FBI lo que había salido de boca de Hall. Gracias a esto, el asesino pudo ser condenado a cadena perpetua. Si bien, el cuerpo de Reitler no pudo ser encontrado, la información que el “soplón” obtuvo fue suficiente para esclarecer la muerte de Jessica y el posible paradero de Tricia.
¿Qué pasó con James Keene?
En 1999, James Keene fue liberado de prisión. Su condena había sido perdonada por su trabajo con Larry Hall. Desde entonces, el camino de Keene parece estar reformado y sin ninguna posibilidad de regresarlo tras las rejas.
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Actualmente trabaja como vendedor de bienes raíces y colabora con diversos medios de comunicación. También se convirtió en un autor publicado con ‘In the Devil: A Fallen Hero, a Serial Killer and a Dangerous Bargain for Redemption’, donde cuenta cómo logró desvelar los secretos de Hall y descubrir sus asesinatos.
Dicho libro fue adaptado a una exitosa serie de televisión en 2022: ‘Black Bird‘, protagonizada por Taron Egerton, Paul Walter Hauser, Greg Kinnear y Ray Liotta. Con esto, la popularidad del “playboy” creció. Otra vez fue el tipo de persona que todos querían cerca.
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