Conoce de cerca al volcán que, en su nacimiento, devoró a dos pueblos enteros.
Pocos son los acontecimientos que tienen un comienzo catastrófico pero, a la vez, impresionante. El Paricutín, el volcán considerado como el más joven de América, forma parte de uno de ellos. Imagina: en su nacimiento, el 20 de febrero de 1943, dos pueblos quedaron prácticamente sepultados bajo cenizas y lava. Sí, leíste bien: ¡dos pueblos! Estos se llamaban Paricutín y San Juan Parangaricutiro, del cual, sólo quedan los impresionantes restos del santuario del Señor de los Milagros.
Un poco de historia
Cuentan los lugareños que minutos antes de que el volcán emergiera, un campesino de nombre Dionisio Pulido, que en ese momento se encontraba trabajando en su parcela, sintió un temblor mientras veía cómo de la tierra salía un chorro de vapor intenso que poco después explotó de manera estruendosa. El campesino, asustado, corrió a dar aviso y así fue como poco después, ambos pueblos quedaron sepultados por la lava. La actividad del volcán duró alrededor de 9 años y la lava recorrió, ¡diez kilómetros!
¿Por qué vale la pena ir?
Ubicado a 29 km al oeste de Uruapan, en el ex-poblado de San Juan Parangaricutiro (hoy día conocido como Nuevo San Juan Parangaricutiro) y el poblado de Angahuan; Paricutín o Parhíkutini, que en lengua purépecha significa ?lugar al otro lado?, es considerado como una maravilla natural del mundo por su majestuosidad. Una simple caminata por sus alrededores basta para confirmar que no mentimos y que, a pesar de su historia, la belleza que encontrarás ahí, no se compara con nada, en ninguna otra parte.
¿Qué actividades pueden realizarse?
Visitar el nuevo Santuario del Señor de los Milagros es algo casi obligatorio. Antes de su destrucción (con el nacimiento del volcán), era considerado como el único templo antiguo en la entidad que muestra en su arquitectura un diseño inspirado en las basílicas paleocristianas de Roma. Además el milagroso Cristo de pasta de caña de maíz que lo habita es venerado con profunda devoción hasta nuestros días.
También puedes visitar el Parque Nacional, donde encontrarás actividades al aire libre como excursionismo, caminata, montañismo e incluso, paseos a caballo. Te recomendamos que, para cualquier actividad que elijas lleves ropa muy cómoda, así como mucha agua y protección solar.
Si decidiste pasar tus vacaciones de Semana Santa en Michoacán, este lugar merece un espacio en tu agenda. Un atardecer allí, es un crisol de colores que se funden con el canto de aves endémicas que convierten la visita en toda una experiencia. Anda, atrévete a conocerlo.

