Esta es la historia de Richey Edwards, el guitarrista de la banda Manic Street Preachers que se esfumó sin dejar rastro en el mejor momento de su carrera.
1 de febrero de 1995. Richey Edwards parecía atravesar uno de los mejores momentos de su carrera. Después de lidiar con la depresión y el desempleo, el compositor y guitarrista galés había alcanzado el éxito con la banda Manic Street Preachers, cuyo tercer álbum –’The Holy Bible’– estaba en camino a convertirse en uno de los más grandes hits británicos del año. Sin embargo, Edwards ya no pudo gozar de las mieles de la fama, pues esa tarde despareció para siempre.
Esta es la historia de cómo se construyó uno de los grandes mitos del rock europeo entre pistas esparcidas por toda una habitación abandonada, reportes de avistamientos poco confiables y un paradero que nunca podrá aclararse.
¿Quién fue Richey Edwards?
Richard James Edwards, nacido el 22 de diciembre de 1967, no estaba destinado a tener una carrera en el rock. Criado en los suburbios de Blackwood, Gales, el joven había avanzado durante gran parte de su vida educativa interesado en la situación política y social que vivía su país; de ahí que haya decidido estudiar la carrera de Historia Política en la Universidad de Gales.
También lee: El día que Maradona se vengó de Margaret Thatcher y humilló a los ingleses
Tras graduarse, Edwards decidió tomar un trabajo temporal como chofer y asistente de tres de sus viejos amigos que habían formado una banda de rock. Con el tiempo, el papel del galés en el grupo se fue haciendo cada vez más importante y pasó de cargar instrumentos a componer canciones; de conducir por carreteras a tocar la guitarra al lado de Nicky Wire, Sean Moore y James Dean Bradfield en los Manic Street Preachers.

Con ellos publicó tres discos: ‘Generation Terrorists’ de 1992; ‘Gold Against the Soul’, de 1993 y ‘The Holy Bible’, de 1994. Con su sola presencia, la agrupación adquirió un tono oscuro y su obra ganó profundidad. En su tercer álbum, los ‘Manic’ se distinguieron por sus inconfundibles sonidos y sus potentes letras cargadas de metáforas políticas e intelectuales que muy pocos podrían haber identificado como una de las características de una banda de punk rock del oeste del Reino Unido.
Desafortunadamente, Richey también había atraído polémicas a la banda, principalmente por sus problemas psicológicos, su tendencia a autoinflingirse heridas y sus abusos del alcohol. En 1994, poco antes del lanzamiento de ‘The Holy Bible’, Edwards incluso se internó en dos instituciones mentales, perdiéndose de la participación de su banda en el Reading Festival.
La desaparición de una estrella de rock
El 31 de enero de 1995, Richey Edwards y James Dean Bradfield –el vocalista de los Manic Street Preachers– se habían hospedado en el hotel Embassy de Londres como parte de su preparación para salir de viaje con destino a los Estados Unidos. Al día siguiente, Edwards no llegó a su cita. Preocupado por su compañero, James pidió asistencia al hotel y logró entrar a la habitación de Richey.
Te interesa: Francia inicia investigación tras la desaparición del presidente de Interpol
Según reportes policiales, el cuarto 516 estaba casi impecable. Del equipaje original de Edwards solo faltaban su cartera, las llaves de su auto, su pasaporte y unas cuantas pastillas de Prozac, medicamento que consumía para lidiar con la depresión. Todo lo demás estaba guardado en una maleta cerrada o esparcido en la habitación, incluyendo una copia del libreto de la obra ‘Equss’, que Edwards había comprado para su exnovia Jo, con quien había terminado su relación semanas atrás.

Durante las siguientes horas, la policía, el resto de los integrantes de los Manic y los familiares de Edwards comenzaron su búsqueda. Así fue como descubrieron que Richey había llamado por teléfono a su madre la noche anterior para confesarle que no quería ir a Estados Unidos. También supieron que la estrella galesa había retirado £200 libras al día de su cuenta bancaria en el último mes y que había salido por su propio pie del hotel Embassy. A partir de ahí, lo que sucedió con Edwards es un misterio.
¿Qué pasó con Richey Edwards?
A la fecha, ni la policía, ni la familia del rockero saben qué pasó con Richey Edwards. Hipótesis tienen muchas, pero no han podido comprobar ninguna de ellas. Por ejemplo, que el pasaporte, medicamento y un ticket de peaje haya sido en su departamento días después de su desaparición podría asegurar que Edwards escapó de su banda y se trasladó a Cardiff.
También lee: La verdadera historia de la desaparición de Elisa Lam y el misterioso video del elevador
La ubicación de su auto el 14 de febrero en una estación de servicio cercana al puente de Severn también ha llevado a muchos a pensar que Richey vivió en su Vauxhall Cavalier hasta que saltó del puente. Sin embargo, nada ha sido corroborado. No se encontró un cuerpo en las inmediaciones de Severn y no parece haber indicios de que Edwards tuviera pensamientos suicidas, a pesar de su estado mental. En los años que siguieron a su desaparición, personas sin conexión aparente en sitios como España, India y las Islas Canarias afirmaron haber visto a Edwards; tampoco se pudieron comprobar estos dichos.

El 24 de noviembre de 2008, tras permanecer como desaparecido por 27 años 2 meses y 18 días, Richey Edwards fue dado por muerto por la policía del Reino Unido. Esta decisión no contó con la venia de la familia Edwards, quienes consideran que su familiar desaparecido podría seguir con vida, ya sea en un lugar paradisiaco, un hospital mental en el que se ingresó a su voluntad o simplemente lejos del reflector. Por su parte, sus compañeros de banda continuaron su exitosa existencia y aún mantienen un fondo al que destinan el 25% de las ganancias de los Manic a nombre de Richey, con la esperanza de que algún día pueda regresar a cobrarlas.
Sigue leyendo
Hoteles con pasados turbios y presencias extrañas
La familia Friedman y sus terribles crímenes que conmocionaron a un país
Ella es la tenista china que desapareció después de denunciar abuso sexual
Jimmy Savile: la excéntrica estrella de televisión que abusó de cientos de niños
Granny Ripper: la abuela destripadora que admiraba al mayor asesino serial ruso

