La leyenda de la emperatriz Dragón inició el día en que el emperador Taizong (598-649) platicó por primera vez con la joven Wu Zhao, quien años después sería rebautizada Wu Zetian. El soberano quedó sorprendido por el intelecto de la más pequeña de sus concubinas, de apenas 14 años de edad. La vida de la corte no era glamurosa para Wu, quien se encargaba de la lavandería del palacio. Por Francisco Herrera Coca
Las concubinas no podían hablar con el emperador cuando quisieran, pero ella no temía a los castigos y sorprendía con su elocuencia a Taizong, quien la relevó de sus tareas y la convirtió en su secretaria.
Hija de un funcionario, Wu nació en el seno de una familia aristócrata en el año 624, durante la dinastía Tang. A diferencia de sus contemporáneas, aprendió a leer y escribir y recibió de su padre una educación.
Ahora, su nuevo puesto la acercaba a asuntos de Estado por lo general vetados para las mujeres, pero Taizong confiaba en ella y nadie en su sano juicio osaría desafiar al gran emperador en persona.

La leyenda negra
En 649 Taizong murió, y Wu, junto al resto de concubinas, fue enviada a un monasterio budista como dictaba la tradición. Poco duró en reclusión, ya que Gaozong (628- 683), hijo de Taizong y nuevo rey, mandó traerla de vuelta al palacio para hacerla su concubina. El regreso de Wu provocó el enojo de importantes funcionarios y sacerdotes, quienes consideraban incesto que hijo y padre compartieran mujer.
Wu era la favorita del emperador y pronto se hizo de varias enemigas dentro de la corte, en especial Lady Wang y Lady Xiao, emperatriz y concubina principal del soberano, respectivamente.
Cuentan las crónicas que la hija recién nacida de Wu murió sorpresivamente; ella acusó a Wang y Xiao del crimen. El emperador le creyó, las mandó exiliar e hizo de Wu su primera esposa. Aquí es donde la historia se vuelve confusa: en el palacio se esparció el rumor de que la propia Wu había asesinado a su bebé para deshacerse de sus enemigas; la noticia se hizo eco y aún hoy se considera como verdadera. Pero muchos historiadores han puesto en tela de juicio esta versión debido a que la mayoría de quienes la propagaron fueron personajes que despreciaban la imagen de una mujer en el trono o que fueron relegados del poder por la propia Wu Zetian. Imposible saber qué sucedió.
Lo cierto es que Wu recibió el nombre de Tian Hou, o “Emperatriz del Cielo”, y se convirtió en la mujer más poderosa del reino.
También lee: GENGHIS KHAN: EL MONGOL MÁS SANGUINARIO DE LA HISTORIA
La señora del imperio
Tras ocupar el trono al lado de su marido, Wu arremetió contra los funcionarios que se le habían opuesto, varios de ellos ancianos expertos en la doctrina de Confucio que habían servido a Taizong y mantenían un gran poder. Uno a uno, los enemigos de la nueva emperatriz cayeron. Algunos eran exiliados o ejecutados.
Los libros de historia recuerdan a Gaozong como un hombre de carácter débil, mala salud y con poca capacidad para gobernar, por lo que la figura de la emperatriz crecía.
Gaozong pasaba más tiempo enfermo que en asuntos de Estado, por lo que durante 23 años Wu fue el poder detrás del trono. Si bien su ascenso se llevó a cabo por medio de sangre y traiciones, su mandato se caracterizó por la estabilidad y la eficiencia. Wu Zetian se rodeó de hombres capaces leales a ella y no a su esposo. Así, la corte le temía y la respetaba. Los jefes militares le eran incondicionales y debido a la ocupación de Corea durante esa época, China se convirtió en la máxima potencia de Asia.

El siguiente en la línea
El emperador Gaozong murió en 683 y su hijo Li Xian heredó la corona. El nuevo rey fue rebautizado como Zhongzong y ocupó el trono al lado de su esposa, pero Wu no estaba dispuesta a cederle el poder a su hijo y aceptar un rol secundario, por lo que conspiró con jefes del ejército; derrocó a Zhongzong en menos de un mes y lo envío al exilio.
Wu Zetian nombró a su hijo más pequeño, Li Dan (renombrado emperador Ruizong) como nuevo monarca. El joven aceptó su papel como figura decorativa y dejó mandar a su madre. El nuevo rey no era invitado a las reuniones con las élites militares y religiosas y tenía prohibido abandonar el palacio.
Un grupo de jefes militares jóvenes, leales al depuesto Zhongzong, iniciaron una revuelta que fue aplastada en pocas semanas, lo que cimentó el poder de Wu y nadie se atrevió a desafiarla de nuevo.
Tras seis años, Wu Zetian depuso a su hijo y usurpó el trono; tenía 65 años y estaba harta de guardar las apariencias. Por primera y última vez, el trono de China sería ocupado por una mujer.
También lee: LAS ‘LÁGRIMAS AZULES’ DE CHINA AMENAZAN LA VIDA MARINA
La nueva dinastía
Como soberana, Wu Zetian fue muy competente. Seleccionaba a sus ministros con base en sus habilidades y no necesariamente su linaje o clase social, lo que provocó que China cambiara de una nación gobernada por militares y aristócratas a una donde mandaban hombres cultos.
Mejoró la educación y revolucionó la agricultura de su país con un sistema de impuestos más justo. Fue también una de las primeras impulsoras de la imprenta, publicó manuales para volver más eficientes las cosechas y los distribuyó por el vasto territorio chino. Mandó construir canales de riego y repartió tierras entre los campesinos, lo que originó largos periodos de paz.
A pesar de ello, Wu Zetian no descuidaba ningún frente: mantuvo a raya a sus enemigos gracias a una policía secreta con ojos en todo el país y desarticulaba conspiraciones cuando comenzaban a gestarse. No dudó en usar la fuerza para recuperar territorios perdidos en guerras con naciones vecinas y reabrió la Ruta de la Seda, camino comercial que conectaba a China con el resto del mundo, tras expulsar a las tribus nómadas.
La edad la alcanzó
Durante 15 años reinó de manera oficial. Nadie dudaba de su capacidad, pero la soberana envejecía y no había un sucesor digno de ocupar el trono tras su muerte. La propia Wu cambió el nombre de la Dinastía a Zhou para evitar que a sus hijos y sobrinos se les nombrara nuevamente emperadores.
La anciana Wu cedió y en 698 nombró príncipe a su hijo Zhongzong, quien volvió del exilio de tres lustros al que fuera condenado. La decadencia del reinado de Wu comenzó con el nuevo siglo: la soberana invitó a la corte a los hermanos Zhang, dos jóvenes artistas a quienes hizo sus amantes y a quienes dedicaba más tiempo que a sus tareas como gobernante. Una fuerte adicción a las drogas y la vejez mermaron su salud, pero ella sólo permitía que la cuidaran los Zhang.
Excluidos de la toma de decisiones, un grupo de ministros y jefes militares ingresaron por la fuerza al palacio y ejecutaron a los amantes de la monarca. Obligaron a Wu a entregar el poder a su hijo Zhongzong, quien gobernó por cinco años para luego ser relevado por su hermano menor, que reinó dos años más.
Muy débil, la soberana se retiró a otro palacio y murió en diciembre de 705. Sus restos están enterrados bajo un mausoleo sin nombre. Ella sentó las bases para el periodo más próspero de China y no ha sido olvidada por el pueblo.
También lee: