Se forman desde una nube de tormenta y la rotación de su embudo produce vientos de hasta 500 km/h
Tornados han estado sucediendo en el medio oeste de Estados Unidos, tan sólo el domingo pasado en Joplin, Missouri, uno dejó al menos 30 muertos y cientos de heridos, viviendas destruidas e incluso edificios publicos dañados. Forman parte del ‘corredor’ de estos fenómenos que se conforma cada temporada.
Los tornados se originan a raíz de una intensa rotación de aire que se prolonga desde una nube de tormenta, llamada Cumulunimbus (es de color blanco o gris claro). El embudo se mantiene suspendido de la nube madre y cuando hace contacto con la superficie adquiere un color gris oscuro o negro debido al polvo y escombros que arrastra; por lo general es acompañado por lluvia, granizo, relámpagos, rayos y la misma oscuridad de la nube, lo que resulta en un escenario sobrecogedor.
Se les clasifica en seis escalas, desde F0 o ligero (con velocidades máximas del viento de 120 km/h) a F5 (el viento golpea con una fuerza de 421 hasta 500 km/h), calificado como ‘increíble’.
Lo más impresionante comienza en el minuto dos:
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